miércoles, 30 de agosto de 2017

Derecho y literatura: El castillo

Es una novela inacabada de Franz Kafka, escrita en 1922 y publicada póstumamente en 1926. Es una obra densa y uno de los relatos que más se identifica con el adjetivo kafkiano.

El personaje principal de la historia se llama simplemente K y sobre el que no podemos estar seguro de que se trata del agrimensor que dice ser o que su intención haya sido llegar a la aldea del castillo, aunque ninguna de estas cosas sea desmentida por el castillo que representa a la Administración Pública burocrática moderna y que en definitiva lo contrató.

El transcurrir de los días de K en la aldea tienen como verdadero fin que se le reconozca como el agrimensor oficial, tanto por los aldeanos como por los integrantes de la Administración Pública. En esa tarea fracasa desde el primer día, toda vez que en el castillo le dicen que nunca podrán recibirlo, de manera que su interrelacion con esa Administración es a través de mensajes con la intermediación de terceros.

Así, la Administración Pública se presenta ante K como una organización sin rostro, pero que es capaz de decidir sobre la vida de cada uno de los aldeanos -incluyendo a K- y cuyas resoluciones no se conoce quién las toma, sobre qué base, cómo o para qué. A ese personaje le obsesiona entrar en contacto con ella, sus jerarcas y representantes con el objeto de obtener el reconocimiento que tanto parece importarle y para revisar lo concerniente a sus funciones.

Conversar con los funcionarios es prácticamente imposible, ya que ellos bajan del castillo a la aldea por muy breves momentos, están muy ocupados y en general desinteresados de la población, con quienes sólo entran en contacto si en función de su trabajo deben sostener algún tipo de entrevista o interrogatorio. De hecho, el funcionario que K más desea ubicar, llamado Klamm, se torna escurridizo y prácticamente nadie parece saber quién es, muestra de ello lo evidencia el siguiente pasaje de la novela:

“Su aspecto es distinto cuando viene al pueblo y cuando lo abandona; diferente antes de beber una cerveza y diferente después; diferente despierto, diferente dormido, diferente solo, diferente en conversación y, lo que resulta comprensible tras todo esto, casi completamente diferente en el castillo. Y se han constatado varias diferencias en el mismo pueblo, diferencias en la altura, la actitud, la corpulencia, el bigote, sólo respecto a los trajes coinciden los informes, siempre lleva el mismo traje, un traje negro con largos faldones” (p. 134).

La imposibilidad de que K entre en contacto con la Administración o sus funcionarios no hacen que éste se plantee, debido a la desesperación, abandonar la aldea, pues en los peores momentos siempre recibe un mensaje del castillo que logra esperanzarlo.

La novela que se utilizó para hacer esta nota se puede descargar aquí.

En 1997 se hizo una película basada en la novela, dirigida por Michael Haneke, cuyo tráiler se puede ver aquí.

martes, 15 de agosto de 2017

Derecho y cine: El abogado del diablo

El abogado del diablo (1997) es una película dirigida Taylor Hackford, basada en el bestseller del mismo nombre (escrita por Andrew Neiderman en 1990). La película es protagonizada por Keanu Reeves, en el papel de Kevin Lomax, Al Pacino, como John Milton, y Charlize Teron, como Mary Ann.

Kevin Lomax es un abogado defensor penal de Florida que nunca ha perdido un juicio. Esto lo convierte en una celebridad en dicho Estado. Al principio de la película, Lomax defiende a un profesor que es acusado de abuso sexual de menores. Aunque Lomax cree que su defendido es culpable, sus habilidades hacen que el profesor sea declarado no culpable. Luego de ganar ese caso recibe una impresionante oferta de trabajo: John Milton, el jefe de uno de los más grandes bufetes de Nueva York (y que es el mismísimo rey de las tinieblas), le propone unírseles a cambio de un gran salario y un espectacular apartamento. Por supuesto, Kevin y su mujer, Mary Ann, alucinan con la oferta. Allí comenzarán sus problemas.

Cuando Kevin se une al bufete de Nueva York recibe su primer encargo: defender a un multimillonario acusado de un homicidio múltiple. La carga de trabajo de Kevin lo aleja de su mujer, quien cada día se siente más sola en el frío apartamento, en una ciudad que no conoce y con gente algo amenazante. Mary Ann comienza a enajenarse, tiene visiones demoníacas y alucinaciones. Luego descubre que es infértil. Aunque Kevin vacila en dejar el caso y cuidar a Mary Ann, John Milton lo persuade de lo contrario; el argumento de Milton es que si Mary Ann se recupera, Kevin la odiará por la oportunidad que perdió. De manera que Kevin no deja sus casos ni vuelve a su hogar en Florida, como se lo recomienda su madre y como le ruega Mary Ann. El estado de la pobre Mary comienza a empeorar, incluso acusando a Milton de haberla violado. Todo ello la conduce a una situación límite. 

Siendo sinceros, el abogado del diablo no es una película redonda. Tiene muchos defectos y el giro final de la historia ha sido bastante criticado. Sin embargo, es divertida, mezcla de manera efectiva el cine de abogados, el de suspenso y el de eventos paranormales, y contiene algunos momentos memorables. El personaje de Al Pacino, John Milton –el diablo–, se lleva la mayoría de las mejores líneas del guion. Es un abogado carismático, vivaz, inteligente y hábil con el verbo. Un momento memorable de John Milton es la escena en la que le aconseja a Kevin Lomax que no sea demasiado engreído, sin importar lo bueno que sea, y que nunca deje que lo vean llegar, que debe mantenerse siempre pequeño, siendo el tonto, el leproso, el vago desempleado; ¿qué les parece ese consejo?

Desde el punto de vista jurídico, la película puede servir en varios niveles. Por una parte, los juicios y la labor de los abogados defensores, el manejo de los testigos y los jurados, sin ser un fiel retrato de la realidad, puede servir al estudiante de Derecho para reflexionar sobre cómo actuar en ese plano. Por otra parte, es importante el análisis de los límites del ejercicio ético del Derecho: hasta dónde debe llegar un abogado por ganar un juicio, cómo desarrollar habilidades persuasivas y cuáles deben ser sus límites, cómo manejar la vanidad y el engreimiento profesional. Por último, está el plano familiar, la dedicación excesiva al trabajo, en perjuicio de las relaciones de familiares y de amistad, ¿cuáles deben ser nuestros límites?   

Por último, estimados lectores, les pregunto: ¿defenderían al diablo si con eso obtuvieran dinero, bienes y reconocimiento?

El trailer de la película se puede ver aquí.