Es
una excepcional novela negra, escrita por Scott Turow (1987), profesor de
literatura y abogado egresado de Harvard, cuya máxima virtud es el de contar
con una excelente narrativa y el desarrollo de una historia que no permite
separarse del libro. La obra llegó a ser un best seller.
La
novela está narrada en primera persona por parte de Rusty Sabich, fiscal
adjunto, quien se encargó de investigar la violación y asesinato de su joven y
atractiva colega y compañera de trabajo, Carolyn Polhemus. El asesinato y la
investigación ocurren mientras se llevaba a cabo el proceso de campaña para la
elección del Fiscal General, Raymond Horgan, a quien le preocupaba que la falta
de resolución de esa investigación afectara su campaña para la reelección.
La
historia da un gran giro al descubrirse un hecho que deliberadamente omitimos
señalar, pero que conlleva a Sabich a un proceso judicial con el objeto de
descubrir al autor de los crímenes ya señalados. En ese juicio, contrastan un
fiscal, una acusación, una actuación y preparación del
juicio pobre y que deja mucho que desear, cuya vereda opuesta es la de la
defensa, esmerada y pulcra, lo que hace que para los abogados la historia sea
más interesante, a parte de que ha sido escrita magistralmente. También la obra
sirve de ejemplo para tratar los temas de los principios de oralidad,
inmediatez y de cómo se manifiesta el perjurio.
En
concreto, la novela sirve para evidenciar de qué modo la presunción de
inocencia es una garantía que, de no ser desvirtuada, obra en favor del acusado
y de que no es posible castigar a un imputado sirviéndose únicamente de pruebas
circunstanciales.
Se
hizo un largometraje basado en la obra (1990), dirigida por Allan J. Pakula, en
la que el protagonista es Harrison Ford. Puedes conocer más de la película aquí.