Es un muy recomendable thriller legal, escrito por William Landay (2012). La novela desafía aquellos
sistemas judiciales en los que los menores son tratados como adultos y que, por
ende, tienen la última palabra en lo que se refiere al modo en
que se deberá ejercer su defensa. El libro llegó a ser best seller Nro. 1 en EE.UU.
Luego de descubierto el cadáver
de Ben Rifkin, un niño de 14 años, en un parque de Newton, Massachusetts, cuya investigación la llevó a
cabo Andy Barber, ayudante del fiscal de distrito y padre de Jacob, un compañero
escolar del occiso y quien a la postre sería procesado por la presunta comisión del delito.
Como consecuencia de la acusación a Jacob, Andy se ve
obligado a retirarse momentáneamente de su trabajo como fiscal y comienza una
tortuosa vida en la que a toda costa intenta evitar que se derrumbe la vida
familiar y profesional que ha logrado construir.
En la investigación se observa cómo
se intenta dar valor probatorio a las entradas de Facebook y otras páginas
en la que interactuaba Jacob, para de algún modo entender el móvil que
presuntamente lo llevó a cometer el asesinato del compañero que acostumbraba a
abusar del imputado.
La novela es especialmente recomendada para quienes gustan
las tramas construidas alrededor de un juicio. Además, el autor pone en
relieve, según sus convicciones, que todo ser humano tiene tendencia hacia el
asesinato. La novela hace que nos cuestionemos lo difícil de las relaciones
interpersonales y de lo poco que podemos llegar a conocer a los seres más cercanos, así como, sirve para poner de manifiesto en un contexto ideal
lo que se ha denominado como gen asesino, sobre el que puedes leer aquí.
Pero para nosotros lo más importante se puede resumir en la
siguiente pregunta, ¿cuánto conoces a tus hijos y qué harías si sospecharas que
es un criminal?