Kevin Lomax es un abogado
defensor penal de Florida que nunca ha perdido un juicio. Esto lo convierte en
una celebridad en dicho Estado. Al principio de la película, Lomax defiende a
un profesor que es acusado de abuso sexual de menores. Aunque Lomax cree que su
defendido es culpable, sus habilidades hacen que el profesor sea declarado no
culpable. Luego de ganar ese caso recibe una impresionante oferta de trabajo:
John Milton, el jefe de uno de los más grandes bufetes de Nueva York (y que es
el mismísimo rey de las tinieblas), le propone unírseles a cambio de un gran
salario y un espectacular apartamento. Por supuesto, Kevin y su mujer, Mary
Ann, alucinan con la oferta. Allí comenzarán sus problemas.
Cuando Kevin se une al
bufete de Nueva York recibe su primer encargo: defender a un multimillonario
acusado de un homicidio múltiple. La carga de trabajo de Kevin lo aleja de su mujer, quien cada día se siente más sola en el frío apartamento, en una
ciudad que no conoce y con gente algo amenazante. Mary Ann comienza a
enajenarse, tiene visiones demoníacas y alucinaciones. Luego descubre que es
infértil. Aunque Kevin vacila en dejar el caso y cuidar a Mary Ann, John Milton
lo persuade de lo contrario; el argumento de Milton es que si Mary Ann se
recupera, Kevin la odiará por la oportunidad que perdió. De manera que Kevin no
deja sus casos ni vuelve a su hogar en Florida, como se lo recomienda su madre
y como le ruega Mary Ann. El estado de la pobre Mary comienza a empeorar,
incluso acusando a Milton de haberla violado. Todo ello la conduce a una
situación límite.
Siendo sinceros, el abogado del diablo no es una película redonda. Tiene muchos defectos y el giro
final de la historia ha sido bastante criticado. Sin embargo, es divertida,
mezcla de manera efectiva el cine de abogados, el de suspenso y el de eventos
paranormales, y contiene algunos momentos memorables. El personaje de Al Pacino,
John Milton –el diablo–, se lleva la mayoría de las mejores líneas del guion.
Es un abogado carismático, vivaz, inteligente y hábil con el verbo. Un
momento memorable de John Milton es la escena en la que le aconseja a Kevin
Lomax que no sea demasiado engreído, sin importar lo bueno que sea, y que nunca
deje que lo vean llegar, que debe mantenerse siempre pequeño, siendo el tonto,
el leproso, el vago desempleado; ¿qué les parece ese consejo?
Desde el punto de vista
jurídico, la película puede servir en varios niveles. Por una parte, los
juicios y la labor de los abogados defensores, el manejo de los testigos y los
jurados, sin ser un fiel retrato de la realidad, puede servir al estudiante de
Derecho para reflexionar sobre cómo actuar en ese plano. Por otra parte, es
importante el análisis de los límites del ejercicio ético del Derecho: hasta
dónde debe llegar un abogado por ganar un juicio, cómo desarrollar habilidades
persuasivas y cuáles deben ser sus límites, cómo manejar la vanidad y el
engreimiento profesional. Por último, está el plano familiar, la dedicación
excesiva al trabajo, en perjuicio de las relaciones de familiares y de amistad, ¿cuáles deben ser nuestros límites?
Por último, estimados lectores, les pregunto: ¿defenderían al diablo si con eso obtuvieran dinero, bienes y reconocimiento?
El trailer de la película se puede ver aquí.
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