Es una película dirigida por Sydney Pollack
(1981), merecedora de reconocimientos en el Kansas City Film Critics Circle Awards (1981) y el Berlin
International Film Festival (1982).
Se trata de una intriga policial y política,
cuyo cauce principal constituye un periódico de bastante relevancia. El
argumento se centra en la desaparición de un importante dirigente sindical,
sobre el cual la policía no posee indicios que los ayuden a resolver el crimen.
En virtud de ello, se les ocurre incriminar y filtrar a la prensa la
posibilidad de que el autor sea el hijo de un gángster y propietario de un
negocio de importación de licores, con lo cual lo desacreditan públicamente, lo
que desencadena acciones que hacen que la periodista que cubrió la historia se
cuestione lo que realmente está sucediendo.
De manera que el largometraje abre el debate
sobre la responsabilidad de los medios de comunicación, en la importancia de
asegurarse que las investigaciones y reportajes estén soportados en pruebas
valederas y ciertas. La película llama a la reflexión sobre los efectos que
pueden derivarse por la publicación de historias falsas o que amenacen la
intimidad de los ciudadanos, por la trascendencia que los medios tienen en la sociedad
moderna, de ahí que resulta acertada la afirmación que se hace en el film
que es del siguiente tenor: “Si el periódico dice que soy culpable, todos lo
creen, si dice que soy inocente, a nadie le importa”.
Puedes conocer más sobre esa película aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.