Es una novela escrita en
los tres últimos años
de vida de Herman Melville y publicada póstumamente (1924), la cual resulta
interesante desde la perspectiva de filosofía del derecho.
La historia se desarrolla
en el mar y, concretamente, en un buque de guerra. Se relata la vivencia de un
joven reclutado por la marina y aunque ingenuo, tuvo que enfrentarse con el ambiente
opresivo de una tripulación hostil, sin tener preparación militar y experiencia
previa para sortear lo que el destino le deparaba. Como consecuencia de esa
vida difícil a bordo del navío
de guerra se desarrollaron hechos lamentables que pusieron a prueba el carácter
de Billy, quien lamentablemente por carecer de habilidades para poder
expresarse recurrió a la violencia y fue castigado severamente por ello.
Quienes se acerquen a la
obra podrán reflexionar que el derecho no puede ser aplicado de manera aislada,
sin tomar en consideración principios y valores que informan a esa ciencia y
que transcienden a la norma positiva, vale decir, la moral, la equidad y la
justicia, los cuales sirven de legitimidad para la aplicación de la ley
abstracta en un caso concreto, de manera que, alejada de esos principios, se
trata de una aplicación perversa alejada de la verdadera intención y sentido de
nuestra disciplina.
Visto que la obra sirve
para discutir sobre el derecho positivo y el derecho natural, es necesario destacar
que en el primer principio del último es respetar la ley positiva, pero ésta no
agota el concepto de derecho, pues la ciencia jurídica es mucho más que la ley
y, por ello, si algo se opone al derecho natural, no puede hacerse justo por la
simple voluntad del hombre. Ambas nociones deben adminicularse a los fines de
regular con justicia y armonía la vida social, de ahí que ambas nociones no
deben ser vistas como antagónicas sino más bien han de complementarse.