sábado, 31 de agosto de 2019

Derecho y literatura: Medida por medida

Es una obra de teatro escrita por William Shakespeare (1604), catalogada como una comedia y que resulta interesante desde la perspectiva del derecho.

La obra transcurre en Viena. El duque gobernante de la ciudad hace creer que se retira momentáneamente de la ciudad y nombra a un sucesor, pero en realidad el gobernante se disfraza de monje para así poder observar y valorar cómo actúa y se comporta la autoridad escogida para ejercer el poder durante su ausencia. En ese tiempo detienen a un joven por cometer el delito de lujuria y es sentenciado a muerte con base en una ley vetusta que se pretende aplicar sin flexibilidad alguna. Sin embargo, quien ahora ejerce el poder medita conmutar la pena a condición de que la hermana del sentenciado se entregue a él, pero ella se niega y produce que el duque intervenga.

En concreto, permite discutir acerca de la vigencia y aplicación de leyes en desuso, la costumbre por sí misma no deroga la ley, aunque su inobservancia esté avalada por la autoridad, para ello es necesario que se dicte un texto legislativo con esa intención. Aunque podría pensarse que la puesta en vigencia de esa antigua ley -sin previo aviso- constituye una injusticia, puesto que sus disposiciones al dejar de aplicarse permitieron que los ciudadanos se comportaran de una forma determinada, ante la ausencia de persuasión de que serán castigados conforme a las normas que no estimaban como obligatorias. En ese caso, quizás sea necesario de un acto que advierta sobre la la vuelta a la utilización de la ley antigua. 

También se pone en relieve la doble moral de quien quiere castigar conforme a la legislación que en otra circunstancia ha quebrantado. Ante esa situación, cabría destituirlo si una sentencia lo condenara por su conducta contra legem, lo que no debería afectar la validez de las sentencias proferidas con anterioridad a que se produzca la separación del cargo del que es titular.

Les recordamos que anteriormente hemos reseñado la obra El mercader de Venecia, de este autor, la cual puedes leer aquí

jueves, 15 de agosto de 2019

Derecho y cine: Ausencia de malicia

Es una película dirigida por Sydney Pollack (1981), merecedora de reconocimientos en el Kansas City Film Critics Circle Awards (1981) y el Berlin International Film Festival (1982).

Se trata de una intriga policial y política, cuyo cauce principal constituye un periódico de bastante relevancia. El argumento se centra en la desaparición de un importante dirigente sindical, sobre el cual la policía no posee indicios que los ayuden a resolver el crimen. En virtud de ello, se les ocurre incriminar y filtrar a la prensa la posibilidad de que el autor sea el hijo de un gángster y propietario de un negocio de importación de licores, con lo cual lo desacreditan públicamente, lo que desencadena acciones que hacen que la periodista que cubrió la historia se cuestione lo que realmente está sucediendo.

De manera que el largometraje abre el debate sobre la responsabilidad de los medios de comunicación, en la importancia de asegurarse que las investigaciones y reportajes estén soportados en pruebas valederas y ciertas. La película llama a la reflexión sobre los efectos que pueden derivarse por la publicación de historias falsas o que amenacen la intimidad de los ciudadanos, por la trascendencia que los medios tienen en la sociedad moderna, de ahí que resulta acertada la afirmación que se hace en el film que es del siguiente tenor: “Si el periódico dice que soy culpable, todos lo creen, si dice que soy inocente, a nadie le importa”.

Puedes conocer más sobre esa película aquí.