domingo, 30 de junio de 2019

Derecho y literatura: Orestíada

Es una trilogía de tragedias griegas escrita por Esquilo (458 A.C.). Es la la única trilogía que se conserva del teatro griego antiguo y versa sobre el final de la maldición de la casa de Atreo.

Toda la obra resulta interesante, pero particularmente destacamos la tercera, intitulada Las euménides, en la que se relata cómo Orestes es llevado a juicio ante el tribunal divino. Concretamente, Orestes, Apolo y las Furias son llevados ante un jurado de atenienses con el objeto de que se decida si el asesinato de Clitemnestra por parte de Orestes (su hijo), le hace merecedor del tormento que sufre como castigo. Las actuaciones de Apolo y, especialmente, de Atenea son decisivas a la hora de dictarse el veredicto.

El tribunal integrado por doce jueces supone una novedad, pues permite que la venganza deje de ser la forma de castigar un delito, dando paso a la justicia y a la resolución heterocompositiva del conflicto planteado. El tribunal no estaría conformado por cualquier ciudadano, sino por los mejores de la ciudad, un tribunal de “jueces ligados por juramento que juzguen en todos los tiempos que han de venir” y así se ordena que se sustancie el proceso conforme a las pretensiones. En definitiva, para Atenea impartir justicia de manera recta e imparcial es una obligación que recae en “un tribunal insobornable, augusto y protector del país y siempre atento por los que duermen”.

sábado, 15 de junio de 2019

Derecho y cine: El señor de las moscas

Es una película dirigida por Harry Hook (1990), basada en la novela del mismo nombre escrita por William Golding (1954) y que resulta interesante desde la perspectiva del derecho. Existe una versión previa dirigida por Peter Brook (1963).

En ella se relata la historia de unos niños cadetes de una escuela militar que se ven obligados a vivir en una isla desierta, luego de que el avión en que viajaban sufriera una avería y terminara en el mar. Las circunstancias los obliga a organizarse para vivir, fijando normas de organización y de tareas para subsistir. Sin embargo, debido a la obsesión de uno de ellos de cazar un jabalí, hace que el grupo se divida en dos, lo que a la postre termina enfrentándolos con consecuencias lamentables para todos.

De manera que es un excelente vehículo para discutir sobre cómo las personas para evitar el caos requieren establecer normas -espontáneas- de conducta y que es necesario cooperar unos con otros para lograr los fines y metas que se fijen. También evidencia la lucha entre civilización y barbarie y hasta puede llegar a ser una crítica de los sistemas parlamentarios. Refleja además una pugna entre la razón y la fuerza por tener el control del poder para dirigir el grupo del que son parte.

Puedes conocer más sobre esa película aquí.