Es una película
dirigida por Harry Hook (1990), basada en la novela del mismo nombre escrita
por William Golding (1954) y que resulta interesante desde la perspectiva del
derecho. Existe una versión previa dirigida por Peter Brook (1963).
En ella se relata
la historia de unos niños cadetes de una escuela militar que se ven obligados a
vivir en una isla desierta, luego de que el avión en que viajaban sufriera una
avería y terminara en el mar. Las circunstancias los obliga a organizarse para
vivir, fijando normas de organización y de tareas para subsistir. Sin embargo,
debido a la obsesión de uno de ellos de cazar un jabalí, hace que el grupo se
divida en dos, lo que a la postre termina enfrentándolos con consecuencias
lamentables para todos.
De manera que es un
excelente vehículo para discutir sobre cómo las personas para evitar el caos
requieren establecer normas -espontáneas- de conducta y que es necesario
cooperar unos con otros para lograr los fines y metas que se fijen. También
evidencia la lucha entre civilización y barbarie y hasta puede llegar a ser una
crítica de los sistemas parlamentarios. Refleja además una pugna entre la razón
y la fuerza por tener el control del poder para dirigir el grupo del que son
parte.
Puedes conocer más
sobre esa película aquí.
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