sábado, 29 de septiembre de 2018

Derecho y literatura: El bufete

Es una interesante novela escrita por el periodista español Borja Martínez-Echevarría (2012). Merecedora del III Premio Abogados de Novela, la cual puede ser catalogada como un thriller legal. Según el jurado del premio “En esta obra hemos destacado el conocimiento y capacidad de análisis que tiene el autor sobre el funcionamiento del opaco mundo de los bufetes de abogados y la trama e intrigas financieras que existen en las grandes empresas y el mundo de las finanzas”

Ambientada en Madrid, en el mundo de los grandes bufetes, un joven y talentoso abogado consigue hacerse un hueco en un despacho internacional, pero no realizando cualquier labor. Ha sido capaz de ganarse la confianza de sus superiores, ello le permite estar en contacto con los casos más emblemáticos e interesantes que gestiona el escritorio para el cual trabaja. Gracias a eso, prontamente descubre que la justicia no es el móvil de los grandes abogados con los que interactúa, lo es el dinero y el conseguir reconocimiento, lo que a la postre en la novela termina complicando todo.

El a veces difícil mundo del derecho y una periodista que persigue también algo de fama, son los ingredientes que acompañan una oferta pública de adquisición (OPA) hostil para poder comprar una petrolera española, a partir de lo cual comienzan interesantes tretas, todas relacionadas con la abogacía (sin muchos tecnicismos), aunque signifique emplear medios ilegales. A ello se suma la responsabilidad de la periodista de descubrir y relatar al público la verdad.

La interesante interacción de ambición e intriga, hacen de la obra una combinación perfecta, tanto para divertirnos como para reflexionar acerca de la moral necesaria en la vida diaria de un abogado y sobre la posibilidad de cruzar la frontera de la ilicitud en aras de triunfar en la representación de un cliente.

Puedes conocer más sobre qué es una OPA aquí.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Derecho y cine: La conspiración del silencio

Es una película alemana dirigida por Giulio Ricciarelli (2014), la cual ha sido merecedora de diversos premios por su gran calidad. Está basada en hechos reales y se sitúa históricamente en 1958, en la Alemania de la postguerra.

En ella se narran las investigaciones de un joven fiscal de Frankfurt que comienza a intentar capturar y procesar a los criminales responsables de las atrocidades acaecidas en el holocausto, debido a las recurrentes denuncias de un periodista. Pronto se da cuenta que esas heridas han intentado ser olvidadas por todos, especialmente, gracias a la recuperación económica del país luego de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el máximo jerarca de la fiscalía insiste en que los culpables sean castigados en beneficio y para reafirmar la democracia que surgió y se consolidó en Alemania, sin importar que algunos dirigentes del colectivismo nacionalsocialista habían sido juzgados en los juicios de Núremberg (1945-1946).

Como era de esperar, las altas esferas del poder intentan encubrir y evitar que la investigación se llevará a cabo, protegiendo así a los Nazis involucrados en esa barbarie. Gracias a que ese régimen se preocupó por registrar sistemáticamente cada aspecto de lo que aconteció en la vida nacional, fue posible atar los cabos necesarios para ubicar individualmente a cada uno de los responsables y algunas víctimas.

Vale destacar la insistencia general de toda la sociedad por ocultar lo sucedido en los campos de concentración, por lo que muchos jóvenes desconocían que tales crímenes habían sucedido y que permitió que muchos de los implicados pudieran vivir una vida tranquila, a pesar de todo lo hecho en el reciente pasado. De esa forma, el colectivo suponía un obstáculo para poder reafirmar la importancia y castigo que debe derivarse por la violación de los derechos humanos, mucho más si es sistemático y con un inmenso número de víctimas.

Puedes conocer más sobre esa película aquí.