viernes, 31 de mayo de 2019

Derecho y literatura: Billy Budd, marinero

Es una novela escrita en los tres últimos años de vida de Herman Melville y publicada póstumamente (1924), la cual resulta interesante desde la perspectiva de filosofía del derecho.

La historia se desarrolla en el mar y, concretamente, en un buque de guerra. Se relata la vivencia de un joven reclutado por la marina y aunque ingenuo, tuvo que enfrentarse con el ambiente opresivo de una tripulación hostil, sin tener preparación militar y experiencia previa para sortear lo que el destino le deparaba. Como consecuencia de esa vida difícil a bordo del navío de guerra se desarrollaron hechos lamentables que pusieron a prueba el carácter de Billy, quien lamentablemente por carecer de habilidades para poder expresarse recurrió a la violencia y fue castigado severamente por ello.

Quienes se acerquen a la obra podrán reflexionar que el derecho no puede ser aplicado de manera aislada, sin tomar en consideración principios y valores que informan a esa ciencia y que transcienden a la norma positiva, vale decir, la moral, la equidad y la justicia, los cuales sirven de legitimidad para la aplicación de la ley abstracta en un caso concreto, de manera que, alejada de esos principios, se trata de una aplicación perversa alejada de la verdadera intención y sentido de nuestra disciplina.

Visto que la obra sirve para discutir sobre el derecho positivo y el derecho natural, es necesario destacar que en el primer principio del último es respetar la ley positiva, pero ésta no agota el concepto de derecho, pues la ciencia jurídica es mucho más que la ley y, por ello, si algo se opone al derecho natural, no puede hacerse justo por la simple voluntad del hombre. Ambas nociones deben adminicularse a los fines de regular con justicia y armonía la vida social, de ahí que ambas nociones no deben ser vistas como antagónicas sino más bien han de complementarse.

Basada en la novela se realizó una película dirigida por Peter Ustinov (1962), sobre la que puedes conocer más aquí. También existe una ópera compuesta por Benjamín Britten (1951), que puedes ver representada acá.  

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