En concreto, se trata de
la vida de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, quienes ayudaron a
que John Glenn fuese el primer estadounidense que orbitara la tierra e incluso
la llegada de Armstrong a la Luna. La enorme inteligencia y dedicación de esas
mujeres permitió conseguir los palpables éxitos que obtuvo EE.UU. en la década
de los 60 del siglo pasado.
La
perseverancia hizo que esas mujeres vencieran las barreras
de la discriminación producto de su raza y su género, pues recuérdese que en
esa época el racismo y la segregación eran radicales en la sociedad
norteamericana. No solo tuvieron que vencer esos prejuicios dentro de la NASA,
sino que también una de ellas tuvo que recurrir a los Tribunales para poder
realizar los estudios que le permitieran trabajar como ingeniera en esa agencia.
La historia de esas calculadoras humanas fue
posible gracias a la orden Ejecutiva que dictó el entonces presidente Franklin
Roosevelt, en virtud de la cual no era permitido discriminar racialmente a
quienes pretendían formar parte de los servicios federales, de ahí que esas
mujeres pudieran aportar sus habilidades en proyectos específicos vinculados
con la carrera espacial.
Recomendamos
esta película no solo por su valor como obra artística,
sino también por el testimonio
que ofrece acerca del valor de las mujeres que se enfrentan contra la
adversidad, para hacer valer la igualdad y el gran aporte que pueden ofrecer
ante cualquier reto.
Puedes conocer más sobre
esa película aquí.
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