Es un largometraje dirigido por Richard
Eyre (2017), basada en la novela de Ian McEwan que lleva el mismo nombre de la
película en inglés (The children act). En ella destacamos, además de la
trama, la actuación de la reconocidísima actriz Emma Thompson.
La jueza Fiona Maye del Tribunal Superior, en plena crisis con su marido Jack debido a una
relación extramatrimonial que él se ha propuesto
llevar a cabo, conoce y debe decidir sin apremio alguno la controversia presentada
para salvar la vida de Adam Henry, un testigo de Jehová de 17 años con leucemia que no quiere recibir
una transfusión de sangre, pero que por sus creencias religiosas y
por el exacerbado fanatismo familiar hacia ellas, hacen que el futuro del menor
de edad dependa de la voluntad de la jueza, quien decide ir al hospital para
conocerlo y saber su parecer puesto que muy próximamente sería mayor de edad.
Ese encuentro cambiaría la vida de ambos.
Vale la pena destacar que esa no es la
primera causa difícil que Maye debe decidir en relación con la vida humana examinada
a la luz de los valores y de los principios morales y las posibilidades que la
ley permite para preservar la vida como derecho y valor fundamental. Quizás la
única peculiaridad del caso de Adam es que también permite discutir, sobre los
argumentos presentados, y por el contenido religioso, acerca de posturas
positivistas o iusnaturalistas.
Recordamos que en
Venezuela se decidió un caso con características similares por parte de la Sala
Constitucional a través de la sentencia Nro. 77 del 10 de febrero de 2009
(caso: Yolima Pérez) y que puedes consultar acá.
Puedes conocer más sobre esa película aquí.
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