jueves, 30 de marzo de 2017

Derecho y literatura: Yo acuso

Se trata de un compendio de varias cartas abiertas que el reconocido escritor y periodista francés Émile Zola publicó a partir de 1897 en el diario Le Figaro, luego en el naciente periódico francés L’Aurore (La Aurora) y otras más que publicó ese periodista por sus propios medios.

El objeto de esas cartas es el denominado caso Dreyfus que inició en 1894. Ese caso tiene su origen en la acusación de alta traición que se le formuló a un capitán francés de raza judía por un supuesto telegrama que se remitió a los alemanes sobre el nuevo material de artillería francés. El Capitán Dreyfus fue juzgado por un consejo de guerra y lo condenaron a cumplir cadena perpetua en la Isla del Diablo en la Guayana Francesa.

En las cartas, ese periodista cuestionó todos los elementos relacionados con el proceso y a la opinión pública francesa a la que acusó de antisemita. Principalmente, somete al escarnio público el hecho de que las pruebas con que inculparon al acusado no hayan sido públicas, hasta que se descubre la carta que se remitió a los alemanes en la que no queda duda de que su autor era una persona distinta; el Coronel Picquart y, aunque era su letra, tres expertos declararon que la letra fue imitada por el acusado y condenado Dreyfus.

En virtud de ello, el periodista escribe la célebre carta dirigida al Presidente de la República intitulada J’Accuse en la que pone en entredicho la labor del consejo de guerra francés, de los expertos que acudieron al juicio y al ejército francés, dada la manifiesta inocencia de Dreyfus, quien aún no había sido liberado. Por esa carta publicada en L’Aurore el periodista Zola fue juzgado y condenado, por lo que debió exiliarse, aunque semanas después se confirmó que el documento que se utilizó en el proceso no fue escrito por Dreyfus y, en consecuencia, lo liberaron.

Zola regresó de su exilio en 1899 y aunque el Gobierno renunció a tomar medidas contra él, se sometió a un segundo juicio en el que los tribunales militares lo condenaron, ya que no reconocieron el error judicial que habían cometido.

Aunque este compendio de cartas no esté íntimamente ligado con la relación que existe entre el derecho y la literatura, se recomienda su lectura por el valor que tienen en lo que se refiere a la honorabilidad y a la persecución de la verdad como norte.

Ese libro ya es parte del dominio público y se puede leer aquí.

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