Las sufragistas (2015) es
una película dirigida por Sarah Gavron que relata la lucha histórica de las
mujeres inglesas, a principios del siglo XX, para obtener su derecho al voto. Es
protagonizada por Carey Mulligan (Maud Watts), y cuenta con las participaciones
de Anne-Marie Duff (Violet Duff), Helena Bonham Carter (Edith Ellyn), Natalie
Press (Emily Wilding Davison) y un pequeño paneo de Meryl Streep como la famosa
activista por los derechos de la mujer Emmeline Pankhurst.
En la Londres de 1912 las
mujeres de la clase obrera viven en condiciones paupérrimas. Una de esas
mujeres es Maud Watts, una joven lavandera, madre de un pequeño (George) y
esposa de un compañero de trabajo. Un día, las circunstancias hacen que Maud
quede en medio de una acción de calle de las sufragistas: mujeres que forman
parte del movimiento en pos del voto femenino, WSPU (Women’s Social and Political Union),
lideradas por Emmeline Pankhurst. Estas acciones hacen que Maud se involucre,
poco a poco, en la lucha por sus derechos, no solo con actos pacíficos, sino
también mediante acciones que quebrantan las leyes (apedrear vidrieras, poner
pequeñas bombas en el correo postal y algo más que no contaremos para que vean
la película).
En una
sociedad terrible y cruel con las mujeres, más aún si son pobres, la militancia
de Maud la conduce a la cárcel –en más de una ocasión– y a la pérdida de su
trabajo, su marido y su hijo. Algunas de las mujeres del WSPU, entre ellas
Maud, no ven otra salida que radicalizar sus acciones. Al final, su lucha llega
a un punto que parece sin retorno, a un clímax brutal basado en hechos reales.
Desde el punto de vista
cinematográfico, la película cumple con lo justo. Una fotografía oscura,
semejante a la realidad de Londres en aquella época, y un ritmo cinematográfico
algo quebradizo, como si se estuviera resumiendo una historia mucho más larga y
compleja. Según lo que hemos investigado, históricamente la película se ajusta
bastante bien al retrato de aquella época y a la lucha de las mujeres. La
directora crea el personaje de Maud a partir de los relatos de la vida diaria
de muchas mujeres de la clase obrera de la época que fueron sufragistas. Esto es algo importante que debe resaltarse: el punto de vista de la película es
novedoso, pues normalmente se contaba la historia de las sufragistas desde sus
protagonistas, mujeres de la clase media y con estudios (la misma Emmeline
Pankhurst calzaba en ese perfil); el giro que le da la directora pone el foco de atención en las numerosas obreras que lucharon en condiciones terribles, sufriendo el ostracismo en sus familias y vecindarios.
Desde el punto de vista jurídico
hay varios elementos que pueden ser motivo de reflexión. En primer lugar, la película nos retrata parte del sistema de justicia, los funcionarios judiciales y policiales y las cárceles de principios del siglo XX inglés. Un sistema terriblemente sesgado en contra de las mujeres. En segundo lugar, y lo
más importante, es cómo la lucha por los derechos de la mujer fueron verdaderas
luchas, con heridos, abusos, cárceles y muertos; fueron épocas duras, crueles y
en las que muchas mujeres no pudieron ver los frutos de sus sacrificios. A
veces damos por hecho que los derechos de los que gozamos siempre han estado y estarán
presentes, no valoramos la lucha constante, dinámica, de muchas personas que han
sacrificado todo lo que tienen para conseguir las libertades y derechos que
disponemos hoy en día. Solo cuando esos derechos se ven amenazados es que
comenzamos a valorarlos.
El tráiler de la película se puede ver aquí.
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