Es la primera novela
larga del autor ruso Antón Chéjov (1885). Puede decirse que se enmarca dentro
del género de obra policíaca, pero que al igual que el resto de sus obras, lo más
interesante no es el misterio, sino la extraordinaria narración y la relación
que tienen los distintos personajes entre sí.
La historia cuenta con
todos los elementos propios de una obra policíaca, esto es, personajes
principales implicados en la trama, un hecho delictivo, investigación posterior
y una vuelta o resolución final. Sin embargo, desde el principio el autor nos
va dando pistas de lo que sucederá al final, ya que la historia del crimen es
narrada en primera persona por parte de un juez de instrucción llamado Iván
Kamischov, quien entregó a un editor el manuscrito de una novela que define
como biográfica.
En esa novela se
describen sucesos que se vinculan y entrelazan con el delito que llegará a
investigarse. Lo que dificulta llegar a conocer en un primer momento el autor
del delito es cómo están narradas las diferentes relaciones de amistad entre
todos los personajes de la obra, por lo que debe advertirse además que las
pruebas del hecho investigado son presentadas como incontestables.
La novela describe a
personajes vanidosos, indolentes, con orgullo profesional, vividores, borrachos
impertinentes y con inteligencia muy limitada, pero que en concreto hacen que
la historia sea muy viva y extremadamente interesante. Como toda historia que
encierra un delito sirve como marco para evidenciar la naturaleza de las
pasiones humanas y cuán difícil
puede ser en ciertas circunstancias controlarlas.
Basada en la novela se
hizo una película en 1944, la cual fue dirigida por Douglas Sirk, cuyo tráiler
se puede ver aquí.
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